Por todos es ya sabido que la información es poder y como es evidente no sólo es que se pague por ella sino que se acaba con la vida de una persona o se termina invadiendo un país si es necesario.

La batería de preguntas de dicho formulario podría parecer banal, pero cada cuestión está milimétricamente pensada para su posterior clasificación y valoración. ¿Cuáles son los principales temas o asuntos a los que se refiere la información enviada?, ¿Han sido documentos publicados antes?, ¿Qué organizaciones o grupos de individuos están involucrados en esta información?, ¿Cuándo se debe publicar esta información?, ¿Por qué?.
Saben lo que buscan y saben hacerlo perfectamente. Es un reclamo para cualquier saboteador, para el contraespionaje, incluso para el engaño entre las inteligencias de diferentes gobiernos. A esta página puede acceder un don nadie o un funcionario administrativo rebotado al que le ha llegado una bonita carpeta de informes que pudiese comprometer la tranquilidad de algún alto mandatario.
Cambiando de tercio, también se posible mercadear con la información a unos niveles mucho más bajos, pero no por ello menos rentables. Es posible que muchos conozcamos casos que salieron a la luz donde normalmente en divisiones inferiores profesionales de fútbol cada equipo tenía un encargado de organizar y amañar ciertas momentos del partido para apostar ellos mismos a lo que iban a provocar. Muchos de estos futbolistas, entre otros deportistas, llegaban a ganar bastante más dinero que con sus propios sueldos y primas por resultados. Una de las prácticas más habituales era alterar la competición durante los primeros minutos del partido y provocar un numero consensuado de corners durante las primeras jugadas del partido. Ambos equipos previamente habían apostado a un número de saques de esquina durante la primera parte muy elevado, pero que ya entre ellos se encargarían de llegar. Esto llamaría la atención en un Real Madrid CF - FC Barcelona, pero os aseguro que muy pocos se fijarían en la segunda división de Polonia, por poner un ejemplo.
En muchas ocasiones las apuestas han sido tan rocambolescas que las propias casas terminaron cancelando los partidos y devolvieron el importe. Nadie se creía que durante los primeros quince minutos de un partido de fútbol se produjesen más de treinta saques de esquina y que además hubiese unos cuantos miles de euros bien colocados a esa opción.
Entregas anteriores: