28/11/23

La perspectiva oculta de los chemtrails

El otro día estuve en una barbacoa. Las barbacoas son geniales porque todas tienen algo en común más allá de la comida, la lumbre o el carbón. No sé si os habéis fijado alguna vez pero es imposible encontrar a alguien triste en una barbacoa. Creo que si alguien tuviese que ir diariamente a una barbacoa no se suicidaría jamás, porque viviría posponiendo su juicio final a la espera del eterno día siguiente. Es algo así como tener albóndigas con patatas fritas para comer. Nadie en su sano juicio se quitaría la vida voluntariamente antes de comerlas. De ocurrir, sin duda, sería un homicidio.

3/11/23

Más allá del patinete eléctrico

En mi época, sin tan siquiera profundizar en qué época era realmente, cualquier joven con un mínimo de ganas de comerse el mundo deseaba tener un coche. Otros posiblemente querían con anterioridad una moto. De hecho siempre he pensado que todo los que fueron muy amigos de la bicicleta durante la adolescencia formaron siempre parte del club de los primeros ciclomotores. Sea como fuere, cualquier chaval con un mínimo de dignidad y prospección futura se veía conduciendo. El coche siempre fue un símbolo de libertad, una articulación de tu propio hogar, una especie de armario personal aparcado en mitad de la calle.

30/7/23

Una historia que pensaba que no iba a contar jamás

Corrían los años 90, la mejor época de una España desnutrida de complejos, reluciente, donde el humor no tenía limites y las libertades respondían verdaderamente a su significado. En mi grupo de colegas del barrio había un chaval que una vez cumplió la veintena, con su desarrollo, su estirón y el cambio a facciones más angulosas, se empezó a parecer demasiado a un personaje muy influyente de aquellos entonces. De hecho en los círculos más íntimos perdió su nombre, su identidad y pasó a llamarse como aquel famoso al que le añadíamos el sufijo "dos". De esta manera, Millándos, Sardádos o Hermidados, dejó de ser él, para socialmente llevar a sus espaldas el nombre de otro. El parecido era realmente acojonante. A él, por darle forma y figura a la historia, le llamaremos Miguel, su nombre verdadero.

17/6/23

Hemos vuelto a ganar

Hace ocho meses me estuve dando una vuelta por este gran rincón y te conté, querido amigo de Internet, que habíamos ganado. Por muchas guerras pasadas, ningún tratado de paz recogía de una manera tan clarividente la vergüenza hecha informe médico que suponía haber vencido al mayor totalitarismo sanitario al que nuestra generación se va a ver sometido. No sé si eres nuevo por estos lares, pero lo seas o no, si te apetece recodar aquella gesta te la dejo por aquí antes de contarte la siguiente.

11/6/23

Plácido Domingo, la Iglesia de la Cienciología y lo que los medios siempre te ocultaron

Esta entrada podría ser extremadamente larga con un sin fin de explicaciones históricas sobre cuándo, dónde y cómo se desarrolla la campaña de desprestigio a la que Plácido Domingo ha sido sometido. No obstante, he preferido optar por la vía tremendamente breve y dejar sencillamente unos pequeños párrafos para señalar lo que parece que ahora todo el mundo quiere olvidar.
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