Cuando escuchamos el nombre USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), nos vienen a la mente imágenes de ayuda humanitaria, proyectos de educación en comunidades empobrecidas y campañas de salud en el tercer mundo. Es decir, la típica narrativa de un Occidente altruista, entregado a la noble tarea de salvar al planeta. Pero si rascamos un poco más allá de la propaganda oficial, descubrimos una verdad incómoda: USAID no es una agencia de caridad, sino un instrumento geopolítico cuidadosamente diseñado para expandir la influencia de Estados Unidos bajo la fachada del desarrollo.
Fundada en 1961, USAID se presenta como el brazo humanitario del gobierno estadounidense, con el supuesto objetivo de promover la prosperidad y la seguridad global. Sin embargo, una mirada a su historial revela que su verdadero propósito está lejos de ser desinteresado.
En la práctica, USAID opera como un vehículo de intervención política y económica, canalizando fondos para debilitar gobiernos adversos, manipular sociedades y consolidar el dominio de Washington. Sus programas de cooperación están cuidadosamente diseñados para garantizar que los países beneficiarios sigan alineados con los intereses estratégicos de Estados Unidos.
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Si algo ha aprendido la maquinaria imperial estadounidense es que los golpes militares generan demasiada resistencia internacional. Son torpes, sangrientos y difíciles de justificar en tiempos donde la opinión pública es un campo de batalla tan importante como el propio terreno militar. Por eso, en lugar de enviar tanques, prefieren financiar sociedad civil, promoción de la democracia y fortalecimiento institucional.
Bajo estas etiquetas, USAID ha jugado un papel clave en la ingeniería de golpes de Estado blandos, utilizando el financiamiento de ONG y medios de comunicación locales para sembrar descontento y provocar cambios de régimen favorables a los intereses de Washington.
Además de su papel en la desestabilización política, USAID también es un arma económica diseñada para abrir mercados a las corporaciones estadounidenses. Sus préstamos y programas de asistencia vienen con condiciones ocultas que benefician a multinacionales y consolidan la dependencia económica de los países receptores. La ayuda nunca es gratis. Es un préstamo con intereses políticos. USAID no es más que una extensión de la política exterior de Estados Unidos, disfrazada de altruismo. Su objetivo no es ayudar, sino controlar, utilizando el financiamiento como un arma silenciosa para garantizar que ningún país se desvíe demasiado del guion impuesto por Washington.
El problema es que el mito de la ayuda humanitaria es una de las ficciones más efectivas jamás creadas. La imagen del estadounidense blanco salvando niños desnutridos sigue funcionando, y mientras lo haga, USAID seguirá operando con total impunidad. Si la historia nos ha enseñado algo, es que las invasiones no siempre llegan en forma de marines con rifles. A veces, llegan con cheques, discursos sobre derechos humanos y logotipos con la bandera de las barras y estrellas.
Sin más os quiero dejar una lista de los principales sectores beneficiados por el altruismo simbólico de USAID:
- Medios de Comunicación Internacionales: USAID ha destinado fondos a medios como Politico, Associated Press, Financial Times y BBC. Estas inversiones buscan promover la democracia y fortalecer los medios independientes en diferentes regiones.
- Formación y Apoyo a Periodistas: En 2023, la agencia financió la formación y el apoyo a 6.200 periodistas, respaldó a 707 medios de comunicación no estatales y apoyó a 279 organizaciones de la sociedad civil dedicadas al fortalecimiento de medios independientes en más de 30 países.
- Ucrania: En 2023, Ucrania se convirtió en el mayor receptor de fondos de USAID, recibiendo un total de 16.000 millones de dólares.
- Gobernanza: Se destinaron 16.800 millones de dólares a programas que promueven la democracia, la transparencia y el fortalecimiento institucional.
- Asistencia humanitaria: Con una asignación de 10.500 millones de dólares, este sector abarcó ayuda en situaciones de emergencia, apoyo a refugiados y respuesta a desastres naturales.
- Salud: Se invirtieron 7.000 millones de dólares en iniciativas relacionadas con la salud pública, incluyendo programas de lucha contra el VIH/SIDA, malaria y fortalecimiento de sistemas sanitarios.
- Programas de planificación familiar y salud reproductiva: En 2022, USAID destinó más de 607 millones de dólares a proyectos relacionados con la salud reproductiva en todo el mundo.
- Organizaciones proaborto: Entre 2019 y 2021, las principales organizaciones que promueven el aborto recibieron casi 2.000 millones de dólares en fondos federales de Estados Unidos.
- Proyectos LGTBIQ+: Un ejemplo es la asignación de 969.821 dólares al activista Stephen Leonelli para apoyar los derechos LGBTQI+ a nivel mundial, incluyendo iniciativas como la introducción de una tercera opción de género en el censo de Bangladesh y el reconocimiento legal de género en Kosovo.
- Black Lives Matters: En 2020, USAID otorgó una subvención de 24,7 millones de dólares al Tides Center, una organización financiada por George Soros. Posteriormente, el Tides Center destinó más de 12,6 millones de dólares de su Black Lives Matter Support Fund para apoyar a BLM Grassroots, una organización que colabora con capítulos locales de BLM y otros grupos de justicia racial.
- COVID-19: En febrero de 2021, USAID anunció una inversión inicial de 2,000 millones de dólares para apoyar la compra y entrega de vacunas seguras y efectivas contra la COVID-19, destinadas a las poblaciones más vulnerables y en riesgo en todo el mundo, incluyendo a los trabajadores de atención médica en primera línea. En una fecha posterior, USAID destinó 345 millones adicionales para acelerar los esfuerzos de vacunación global y salvar vidas, reforzando su compromiso en la lucha contra la pandemia. Hasta la fecha mencionada, USAID y el Departamento de Estado de EE. UU. han proporcionado más de 9,800 millones de dólares en asistencia para combatir la COVID-19 en más de 120 países, abarcando desde la adquisición de vacunas hasta su distribución y administración.