4/7/22

Mi teoría alternativa sobre los atentados del 11S

Los escenarios complejos no atienden a una sola razón, de hecho, ni tan si quiera los escenarios más cotidianos suelen atender a una de ellas. Cada vez que escuchéis un argumento absoluto como respuesta única a una problemática, tened bien seguro que el interés real será desviar vuestra atención. Si lo pensáis detenidamente ni rutinas tan cotidianas y vitales como el simple hecho de comer se suelen hacer únicamente por una razón. Imaginaos si encima lo terminamos complicando todo.

Hoy os quiero contar una teoría personal y alternativa a la realidad mediática de los atentados del 11S de Nueva York. Una teoría de la que estoy totalmente convencido sin necesidad alguna de que en veinte años no haya venido nadie a mencionarla ni de soslayo. Así que, como sé de buena fe que confiáis en mi criterio, quiero compartirla con vosotros.


Hasta la entrada en el nuevo siglo Occidente tenía un enemigo difuso que iba cambiando al mismo ritmo que los guionistas de Hollywood nos quisieran hacer ver. De esta manera nuestros mayores enemigos fueron desde persas, nazis, árabes, soviéticos y hasta alienígenas. En una época en la que Rambo era amigo de los muyahidines, aquellos que se definían como el Mundo Libre sabían que los buenos bebían Coca-Cola, escuchaban música pop, comían cerdo y de vez en cuando alternaban con alguna droga. Sin embargo, hasta el año 2001 el populacho no habría sabido identificar a ningún enemigo internacional de serio calibre. Fue entonces tras los atentados de las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 cuando por primera vez en la historia de la humanidad y al unísono, todos los telediarios señalaron al mismo hombre, al mismo enemigo. Por fin Occidente tenía un temor común. Osama bin Laden.


Entiendo que todos sabéis quién es, o quién fue, Osama bin Laden, a pesar de que Osama bin Laden no fuese solo una cosa. Al igual que iniciamos estas líneas hablando de los argumentos absolutos, las personas, más allá de poder ser conocidos solo por una característica, somos algo más que lo que una sola palabra nos pueda definir. Así que, al igual que tú, querido lector, que puedes ser madridista, alérgico, sagitario, extremeño o periodista de Libertad Digital, Osama bin Laden era otras más cosas además de terrorista.

De lo que nunca nadie te ha venido a contar nada es de la faceta de Osama como empresario y eso ya da mucho que pensar. Veréis, Osama creó más de una treintena de empresas durante su estancia en Sudán en un periodo tan solo de cuatro antes de buscar refugio en Afganistán, entre 1992 y 1996, de las cuales se nutría para financiar el terrorismo islámico. Su poder económico estaba en auge invirtiendo en empresas de comercio internacional, especialmente relacionadas con el mercado estadounidense. Con esta carambola económica, Osama tenía importantes relaciones con diversos lobbys americanos, los mismos que consiguieron evitar sanciones a Sudán por parte de Bill Clinton tras dar asilo político al terrorista. De esta manera la propia industria americana, movido por intereses financieros, no permitía la persecución del que posteriormente señalaron como el mayor terrorista de toda la historia. Osama, a través de sus finanzas, consiguió frenar las presiones del mismísimo Presidente de los Estados Unidos de América.

Osama Bin Laden consiguió esa buena posición tras comprar el 70% de Gum Arabic Ltd, la compañía que exportaba el 80% del suministro mundial de goma arábica. Puede que hasta ahora no te hayas parado a pensar qué importancia tiene esto de la goma arábica, pero para eso puedes seguir leyendo. Verás, la goma arábica no deja de ser un pegamento universal que se extrae de la resina de la acacia. En principio podría no parecerte tan importante, pero esconde bastante más de lo que puedas llegar a creer. Su característica principal es que no es tóxico y además es soluble lo que hace que su uso industrial se multiplique exponencialmente.

La goma arábica es uno de los aglutinantes base de las tintas. Sin ella no existiría la imprenta tal y como la conocemos hoy en día. Nunca hubiese existido un periódico, ni una revista. No hubiésemos podido informarnos de nada, ni tan siquiera tras la llegada de la televisión, porque nunca hubiesen existido los teletipos y la información jamás hubiese fluido. Toda la industria del papel, de las comunicaciones a través de él, correos, postales y sellos dependen enteramente de la goma arábica.

En prácticamente cualquier producto envasado encontrarás entre sus ingredientes el E-414. Este código es el de la goma arábica, base indispensable de la industria alimenticia en masa para fijar aromas, adherir, estabilizar o generar viscosidades. Sin ella, sin su control, no se podría producir ni un 75% de todos los alimentos envasados que conocemos a día de hoy. Tan solo Coca-Cola y Pepsi consumen el 25% de la goma arábica que exporta Sudán.

Dentro de la industria farmacéutica, la goma arábica consigue la estabilización del principio activo, su protección interior y el encapsulado. También consiguen la untuosidad cosmética, facilitan las pomadas y son protectores de las mucosas. Sin ella no te habrías tomado una pastilla en tu vida, ni se hubiesen podido producir en masa. Por mencionar otras dos industrias, la goma arábica se utiliza en la fabricación de gomas y neumáticos de la industria automovilística y es la base principal en aislantes y artículos impermeables dentro de la industria textil.

Con esto ya te puedes hacer una idea de su importancia. La presión política y financiera bajo el control de la goma arábica podría paralizar prácticamente toda la industria de la comunicación, la alimenticia, la farmacéutica, la automovilística y la textil. Ahora ya puedes empezar a comprender la gran jugada de Osama bin Laden comprando el 70% de Gum Arabic Ltd.

Las sanciones llegaron a Sudán, pero Bin Laden y sus empresas se libraron gracias al apoyo de todos los lobbies estadounidenses que dependían de la goma arábica. Bill Clinton no pudo tocarle ni un pelo. Osama amenazó con vender toda su producción a Francia y desentenderse de la reventa con el sobrecoste que pudiesen hacer los galos a la totalidad de Occidente. Las otras fuentes exportadoras de goma arábica, el restante 20% que no estaba bajo el control de Osama, no solucionaba absolutamente nada. La importancia de esta sustancia natural es tal que existe un Consejo General de Goma Arábica en Sudán, y otros organismos publican informes anuales financieros, debido a que su web oficial está caída desde hace mucho tiempo.


Corría el año 1998 y de esta manera Osama bin Laden tenía pinzado al gobierno de USA a través de todas y cada una de sus importantes industrias tras más de diez años de tensiones. Las Torres Gemelas las derribaron tres años más tarde y gracias a ello Osama bin Laden fue presentado al mundo como el mayor enemigo de Occidente, que no digo yo que no lo fuese. Todo lo demás ya es historia conocida. Esto no.
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