6/6/24

Redesmontando el Cambio Climático con tan solo un dato

La realidad del Cambio Climático, más allá de una estafa convertida en uno de los mayores negocios del nuevo milenio, se basa en la creencia egocéntrica de pensar que el ser humano dispone de unas capacidades sobrenaturales, al igual que si fuera una especie de semidios, entre las que se le atribuye el don de poder ya no solo dominar, sino de manipular y cambiar a su antojo, la propia naturaleza en la que nos desarrollamos. El Cambio Climático, filosóficamente hablando, no es más que el resultado de haber matado a Dios, para terminar sustituyéndolo por el conjunto de acciones colectivizadas de todos y cada uno de nosotros.


No sé si alguna vez te habrá dado por buscarlo, pero el Sol tiene un diámetro aproximado de 1.391.000 kilómetros, mientras que el de la Tierra es de aproximadamente 12.742 kilómetros. Entre ambas guardan una proporción de 109. Es decir, que el Sol es 109 veces la Tierra.

Si ahora, por hacerlo todo más plástico y visual, imaginásemos que el Sol tuviese el tamaño de un balón de baloncesto, que son aproximadamente unos 24cm, respetando su misma proporción, la Tierra tendría ahora 0.22cm de diámetro, es decir, 2,2mm. De ser el Sol un balón de baloncesto, la Tierra sería un grano de pimienta. Ahora si quieres puedes buscar un balón de baloncesto y colocarlo al lado de un grano de pimienta y comenzar a darle un par de vueltas a la cabeza. Tampoco hace falta que te levantes a buscarlo, me vale con que lo visualices. Te dejo un rato si lo necesitas.

Ahora, continúa pensando que el área aproximada que ocupa un ser humano es el de 0,25 metros cuadrados y si multiplicas ese área por 8.000.000.000 de habitantes te saldría una superficie total de 2.000.000.000 km cuadrados. Si el área total de la Tierra es de 510.000.000 kilómetros cuadrados, el porcentaje de la superficie terrestre ocupada por el hombre es un 0,000392% del total.

Ahora imagina ese pequeño grano de pimienta de antes y quédate con su 0.000392%. Es más, incluso para engrandecerlo todo una barbaridad, para añadir no solo a las personas medias hacinadas, sino sumar al conjunto de las ciudades, la totalidad de las industrias y todo el modo de vida que ha desarrollado el ser humano, divide ese grano de pimienta en cien microscópicos trocitos y quédate con uno de ellos. O incluso con dos, o con cinco, o con diez pedacitos. Me da igual. Quédate con ese diminuto porcentaje de influencia sobre la totalidad de un grano de pimienta y ahora vuelva a mirar al lado, vuelve a la mirar al balón de baloncesto, vuelve a la mirar al Sol.

El único interés en matar a Dios es el de sustituirlo por otro.
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