Hará como cuatro años que un usuario se puso en contacto conmigo. Tuvieron que ser cuatro años porque recuerdo que era época covidiana. No es algo que, al menos con calidad, ocurra con frecuencia. La gente es muy dada a saludar, a felicitarte de vez cuando o a decirte que todo está chido, pero profundizar, lo que se dice profundizar, se profundiza poco. Aunque esta vez fue diferente. Y os lo quiero contar.
Le llamaremos David, muy a pesar de que sea o deje de ser su nombre real, pero a David de antemano le he pedido permiso para contar la historia y a él le ha parecido bien. Así que lo primero de todo, David, un saludo. Contactó conmigo como de vez en cuando lo hace alguien y poco a poco nos pusimos a charlar de lo divino y lo humano, pero pronto me dijo que era director de contenidos de una importante plataforma de streaming, no necesariamente de Netflix pero es que el post lo tengo que titular de alguna manera, y que le inspiraban nuestras conversaciones para ampliar su campo de visión y poder proponer nuevos formatos. Así que un día me preguntó que qué propondría yo si tuviese mano en Netflix, en Amazon Prime, HBO, Hulu o cualquiera de estas empresas. Y le di una idea que llevaba años rondándome por la cabeza.
Durante la última vuelta del foro Tabloide subí un post que creo que titulé "El Gran Hilo de los Deportes Raros" donde recopilaba vídeos de Youtube con disciplinas realmente sorprendentes. Un hilo que pasó sin pena y sin gloria, sin apenas interacción alguna. Un hilo que escondía mucho más y que pretendió ser el inicio de una historia que llevaba escondida en un cajón un par de años. Y como las cosas siempre pasan por algo, hoy y aquí es cuando debes conocerla.
No dudé. Cuando David me preguntó supe qué contestarle porque llevaba años pensando en ello. Siempre me pareció una idea magistral. Un producto televisivo prácticamente perfecto capaz de enganchar a todas las edades, todas las clases sociales y todos los géneros. Y a David le gustó. Le encantó. Y me pidió si podía prepararle un dossier introductorio para darle forma al proyecto. Así que me animé y lo hice. Era un pdf básico que posicionaba los eventos deportivos tradicionales y sus retransmisiones en todo el planeta y que terminaba haciendo una comparativa del crecimiento exponencial que venían viviendo otras retransmisiones online de otro tipo de eventos deportivos más modernos, como por ejemplo, las carreras de canicas en streaming.
El argumentario pasaba por recoger las audiencias de los principales eventos como la Superbowl, LaLiga o un Grand Slam con todos aquellos deportes raros que se venían emitiendo a través a Internet. El Gran Hilo de los Deportes Raros era esa primera parte de la historia, un resumen únicamente formado por todos los deportes que me sirvieron para cimentar la idea. Una idea que pasó a su segunda fase.
La gran mayoría de todos esos deportes raros buscaban el atractivo en la mezcla de dos deportes tradicionales. Voleibol más fútbol. Baloncesto más ciclismo. Balonmano más hípica. Y así con todo. Y mi idea, antes de conocer la existencia de la gran mayoría de esos deportes iba por ahí, aunque no precisamente mezclando dos deportes, sino dos formatos que siempre han funcionado bien en televisión.
Imaginaos un programa, una especie de concurso de pruebas deportivas en el que los competidores tienen que correr media maratón, un triatlón, lanzamiento de peso, relevos o cualquier otra disciplina del atletismo, pero debiendo pasar en mitad de las pruebas checkpoint que lo hagan todo más atractivo. Es decir, correr dos kilómetros y beberse un vaso de leche con galletas para continuar corriendo otros dos kilómetros y comerse una pizza, para continuar otros dos kilómetros y comerse unos espaguetis boloñesa. Así hasta finalizar las pruebas con todos sus checkpoints. Aquí no importa ser el más rápido, sino en tener la capacidad de continuar la prueba, por ejemplo, sin llegar a vomitar. Esa era la idea, mezclar atletismo con Crónicas Carnívoras. Y la idea gustó. De hecho gustó tanto que se iba a llevar a cabo. Y así pasó a su tercera fase.
David me escribió. Me pasó el dossier del proyecto final que hizo su equipo donde aparecía como creador de la idea original. Me habló de ganar mucho dinero mientras yo me reía a sabiendas de que estas cosas al final nunca terminan pasando. Y así fue. Nunca llegó a buen puerto. De todos las puertas que tenía que tocar y todas las barreras que tenía que saltar no pudo con la comisión de ética. No conocía que existiese una comisión de ética que valoraba los contenidos que se terminaban televisando. En un mundo en el que abusaron sexualmente en directo en un Gran Hermano o en el que Ana Bolena es de raza negra, en la vida hubiese podido llegar a imaginar que existiese algo de ética en este mundo. Al parecer fomentaba la bulimia. Y ahí quedó. En tierra de nadie. Por ahí no podían pasar. Eso me hicieron llegar. Así que si algún día te encuentras con ese formato en una gran plataforma es de recibo que sepas de donde nació todo.