21/12/23

Un menú de Navidad diseñado por una IA para tu prima la gorda

El otro día me acordé de la nueva Coca-Cola cuyo sabor estaba diseñaba por una Inteligencia Artificial de esas. Antes tenías a un par de colegas con los que comentar tonterías y obtener respuestas, pero claro está, nadie iba a añadir como estrategia de marketing que el sabor de la nueva Coca-Cola fue creada gracias a cuatro colegas diciendo tonterías sentados en las escaleras de un descansillo. Pero como de ahora en adelante quedará genial añadir eso de "diseñada por una IA" a cualquier chorrada para evitarse trabajar, se me había ocurrido hacer lo mismo a mí, ya que este año me toca preparar el menú navideño y poderle decir a mis comensales que las suculentas viandas de las que están disfrutando han sido diseñadas por una IA del copón.

14/12/23

La Calle Montera de Internet

El otro día me indigné mucho cuando me enteré de la tontería esa de los metatopless en Twitch de las neoprostitutas de turno. Mi indignación no tiene nada que ver con ninguna corriente ultracatólica ni otra religión que se pueda profesar sin parecer un tarado. Tampoco si quiera por llegar a ser un tarado, más allá de poder terminar creyendo en la Pachamama o en una palmera de huevo como ser supremo. Todo esto guarda una relación más estrecha con el caos y, quien tolera el desorden para evitar la guerra, primero tiene el desorden y luego tiene la guerra. Aun así, voy a extrapolar esta aberración de esta nueva socialización moderna a un ejemplo que todos los hombres de bien entenderán a la primera.

28/11/23

La perspectiva oculta de los chemtrails

El otro día estuve en una barbacoa. Las barbacoas son geniales porque todas tienen algo en común más allá de la comida, la lumbre o el carbón. No sé si os habéis fijado alguna vez pero es imposible encontrar a alguien triste en una barbacoa. Creo que si alguien tuviese que ir diariamente a una barbacoa no se suicidaría jamás, porque viviría posponiendo su juicio final a la espera del eterno día siguiente. Es algo así como tener albóndigas con patatas fritas para comer. Nadie en su sano juicio se quitaría la vida voluntariamente antes de comerlas. De ocurrir, sin duda, sería un homicidio.

3/11/23

Más allá del patinete eléctrico

En mi época, sin tan siquiera profundizar en qué época era realmente, cualquier joven con un mínimo de ganas de comerse el mundo deseaba tener un coche. Otros posiblemente querían con anterioridad una moto. De hecho siempre he pensado que todo los que fueron muy amigos de la bicicleta durante la adolescencia formaron siempre parte del club de los primeros ciclomotores. Sea como fuere, cualquier chaval con un mínimo de dignidad y prospección futura se veía conduciendo. El coche siempre fue un símbolo de libertad, una articulación de tu propio hogar, una especie de armario personal aparcado en mitad de la calle.

30/7/23

Una historia que pensaba que no iba a contar jamás

Corrían los años 90, la mejor época de una España desnutrida de complejos, reluciente, donde el humor no tenía limites y las libertades respondían verdaderamente a su significado. En mi grupo de colegas del barrio había un chaval que una vez cumplió la veintena, con su desarrollo, su estirón y el cambio a facciones más angulosas, se empezó a parecer demasiado a un personaje muy influyente de aquellos entonces. De hecho en los círculos más íntimos perdió su nombre, su identidad y pasó a llamarse como aquel famoso al que le añadíamos el sufijo "dos". De esta manera, Millándos, Sardádos o Hermidados, dejó de ser él, para socialmente llevar a sus espaldas el nombre de otro. El parecido era realmente acojonante. A él, por darle forma y figura a la historia, le llamaremos Miguel, su nombre verdadero.
14.21 © , Contenido Original