21/12/23
Un menú de Navidad diseñado por una IA para tu prima la gorda
14/12/23
La Calle Montera de Internet
28/11/23
La perspectiva oculta de los chemtrails
El otro día estuve en una barbacoa. Las barbacoas son geniales porque todas tienen algo en común más allá de la comida, la lumbre o el carbón. No sé si os habéis fijado alguna vez pero es imposible encontrar a alguien triste en una barbacoa. Creo que si alguien tuviese que ir diariamente a una barbacoa no se suicidaría jamás, porque viviría posponiendo su juicio final a la espera del eterno día siguiente. Es algo así como tener albóndigas con patatas fritas para comer. Nadie en su sano juicio se quitaría la vida voluntariamente antes de comerlas. De ocurrir, sin duda, sería un homicidio.
3/11/23
Más allá del patinete eléctrico
En mi época, sin tan siquiera profundizar en qué época era realmente, cualquier joven con un mínimo de ganas de comerse el mundo deseaba tener un coche. Otros posiblemente querían con anterioridad una moto. De hecho siempre he pensado que todo los que fueron muy amigos de la bicicleta durante la adolescencia formaron siempre parte del club de los primeros ciclomotores. Sea como fuere, cualquier chaval con un mínimo de dignidad y prospección futura se veía conduciendo. El coche siempre fue un símbolo de libertad, una articulación de tu propio hogar, una especie de armario personal aparcado en mitad de la calle.