En mi época, sin tan siquiera profundizar en qué época era realmente, cualquier joven con un mínimo de ganas de comerse el mundo deseaba tener un coche. Otros posiblemente querían con anterioridad una moto. De hecho siempre he pensado que todo los que fueron muy amigos de la bicicleta durante la adolescencia formaron siempre parte del club de los primeros ciclomotores. Sea como fuere, cualquier chaval con un mínimo de dignidad y prospección futura se veía conduciendo. El coche siempre fue un símbolo de libertad, una articulación de tu propio hogar, una especie de armario personal aparcado en mitad de la calle.
3/11/23
30/7/23
Una historia que pensaba que no iba a contar jamás
17/6/23
Hemos vuelto a ganar
Hace ocho meses me estuve dando una vuelta por este gran rincón y te conté, querido amigo de Internet, que habíamos ganado. Por muchas guerras pasadas, ningún tratado de paz recogía de una manera tan clarividente la vergüenza hecha informe médico que suponía haber vencido al mayor totalitarismo sanitario al que nuestra generación se va a ver sometido. No sé si eres nuevo por estos lares, pero lo seas o no, si te apetece recodar aquella gesta te la dejo por aquí antes de contarte la siguiente.
11/6/23
Plácido Domingo, la Iglesia de la Cienciología y lo que los medios siempre te ocultaron
17/5/23
Para los que todavía seguís creyendo en el sistema
El otro día me llamó mucho la atención aquella noticia que anunciaba el número de terroristas que formarían las listas municipales de EH Bildu. Lo primero que pensé es que, además de asesinos, eran gilipollas, pero con el PSOE en el poder nada debe sorprenderte. Así que le dediqué un ratito y me puse a pensar sobre ello.